WASHINGTON D.C. – Un análisis contundente del experto Carlos Aguiar (@Geopolitik_2030) pone el foco en el eje Moscú-Pekín-Teherán, señalándolo como el principal desafío al orden liderado por Occidente. La razón de fondo, según Aguiar, es su autosuficiencia estratégica: controlan recursos esenciales, poseen industrias clave y desarrollan tecnologías avanzadas, reduciendo su vulnerabilidad a presiones externas. Mientras, EE.UU. enfrenta una deuda nacional récord de $34.5 billones (Treasury Direct, julio 2025), con un servicio diario que ronda los $3,000 millones, una carga que limita su margen de maniobra.
El Dilema Estratégico de Washington: El “Trilema” del Poder
Aguiar identifica el núcleo del problema para los estrategas estadounidenses como un “trilema” insoluble:
- Foco en Rusia: Una confrontación prolongada en Ucrania (o una nueva escalada) drena recursos militares y políticos. Esto beneficia directamente a Irán, permitiéndole expandir su influencia en Medio Oriente y avanzar en su programa nuclear con menos presión, como evidencian los recientes informes del OIEA sobre enriquecimiento al 60%.
- Foco en Irán: Una campaña militar o de sanciones máximas contra Teherán requeriría una movilización masiva en el Golfo. Esto fortalecería a Rusia, dándole respiro económico (para sortear sanciones vía comercio con Asia) y libertad para consolidar su posición en el espacio postsoviético.
- Foco en Rusia e Irán: Concentrar esfuerzos en ambos frentes dejaría el campo abierto para China. Pekín aceleraría su dominio tecnológico (semiconductores, IA), su expansión militar en el Indo-Pacífico (presión sobre Taiwán) y la consolidación de iniciativas como la BRI (Nueva Ruta de la Seda), amenazando directamente la primacía económica y estratégica estadounidense.
¿Cómo Llegó EE.UU. a Esta Encrucijada? La Sombra de la Deuda y la Política
Aguiar apunta a la insostenibilidad financiera como un factor crítico: “La democracia degeneró en una maquinaria de corto plazo”, afirma. “Años de gasto descontrolado – militar, social, rescates financieros – financiados con deuda, junto a políticas que priorizaron beneficios corporativos y grupos de presión sobre la salud económica a largo plazo, han erosionado la base de poder”. La polarización política interna paraliza la capacidad de respuesta coherente.
Contexto Actualizado: Tensiones en Alza
- Ucrania: El conflicto se enquista. Rusia resiste el impacto de las sanciones gracias al comercio con China, India y Turquía. La OTAN debate nuevos envíos de armas.
- Irán: Avanza en su programa nuclear, provee drones a Rusia y aumenta su influencia en Siria, Líbano y Yemen. Las conversaciones para reactivar el JCPOA (acuerdo nuclear) están estancadas.
- China: Ejerce presión constante sobre Taiwán, lidera en tecnologías verdes y desafía la hegemonía del dólar. La “guerra fría tecnológica” con EE.UU. se intensifica (restricciones a chips avanzados).
¿Cohesión Real o Conveniencia?
Expertos consultados matizan que, aunque comparten un objetivo antihegemónico, el eje no es monolítico:
- “Rusia y China tienen intereses contrapuestos en Asia Central”, señala Ana López (CEIP).
- “Irán y China mantienen una relación pragmática, no ideológica”, añade Karim Fathi (Chatham House).
- La dependencia económica china de Occidente impone límites.
Conclusión: Un Mundo Multipolar en Formación
El análisis de Aguiar subraya una realidad cruda: el poder unipolar de EE.UU. ha terminado. Rusia, China e Irán, cada uno con sus fortalezas y desafíos, representan centros de poder capaces de desafiar el statu quo y crear un sistema internacional fracturado. La enorme deuda y las divisiones internas limitan la capacidad de Washington para contrarrestarlos simultáneamente. El “trilema” del poder es la manifestación estratégica de esta nueva era, donde la diplomacia y el manejo de alianzas serán tan cruciales como el poderío militar. La pregunta que queda flotando es si Occidente encontrará una estrategia coherente más allá de la contención reactiva.