Nota periodística:
Mientras la atención mediática se centra en la Roma y la Condesa, una transformación silenciosa y masiva avanza en el corazón comercial de la CDMX.
Todos hablan de la gentrificación en colonias trendy: rentas en dólares, cafés hipsters y nómadas digitales. Pero hay otro fenómeno, menos visible pero igual de profundo, que está reconfigurando Tepito y el Centro Histórico. Aquí no se trata de expats buscando “autenticidad”, sino de una ola de inversión comercial china que está desplazando a los locatarios tradicionales.
El nuevo rostro del comercio en el Centro
Grandes capitales asiáticos han llegado con una estrategia clara: ofrecer rentas hasta tres o cuatro veces superiores al valor de mercado. Para los dueños de los locales, es un negocio irresistible. Pero para los pequeños comerciantes mexicanos —muchos con décadas o generaciones en el mismo sitio—, significa el fin de su sustento.
“Antes, el problema eran las inmobiliarias; ahora son empresarios chinos que pagan en efectivo y sin preguntar”, relata Jorge Martínez, vendedor de ropa en Tepito por más de 20 años. “No podemos competir. Nos quedamos sin espacio.”
¿Xenofobia o análisis económico?
El fenómeno no es nuevo, pero se ha acelerado. Según datos de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, en los últimos cinco años, el 40% de los locales en zonas clave han cambiado de giro, ahora ocupados por tiendas de importación asiática: electrónicos, ropa y mercancía a granel.
Expertos señalan que, más que un tema migratorio, es una dinámica de capital global. “No son individuos, son consorcios con capacidad de invertir fuerte y rápido”, explica la economista Laura Méndez. “El riesgo es que se rompan las cadenas de comercio local y se pierda la identidad de estos barrios.”
El futuro de los mercados tradicionales
Mientras autoridades promueven el “rescate” del Centro, los locatarios exigen regulación. “No estamos en contra de la inversión, pero debe haber equilibrio”, demanda Carmen Soto, lideresa de comerciantes en La Merced.
La pregunta queda en el aire: ¿Podrán Tepito y el Centro mantener su esencia frente a esta ola silenciosa? Lo cierto es que, mientras el debate sigue en colonias privilegiadas, aquí la gentrificación no es un tema de estética, sino de supervivencia.